Devolviéndome a la vida

Feb 27


Michael Laitman, blog personal,


El Zohar hay que leerlo una y otra vez, hasta que la luz
empiece a actuar sobre nosotros. Al principio, leyendo el Zohar, el hombre
siente una gran inspiración que dura los primeros uno o dos meses. Todavía no entiende nada pero, está fuertemente impresionado por lo que está sucediendo. Después, esta impresión desaparece y todo le parece muy seco…En el estudio del
Zohar esto se siente muy rápido – de repente nos parece que no tenemos a qué agarrarnos y lo leemos comprendiendo que, simplemente, tiene que ser así, como si no nos importara que lo leído fuera soso, incluso repelente. Así es como nos descubren un deseo egoísta adicional, que hace más pesada nuestra conexión. El Zohar nos alumbra sólo en la medida de nuestra conexión. En el mismo principio
nos dan la conexión entre los puntos en el corazón. Y, cuando empezamos a
leer el Zohar con esta conexión adicional, nuestros puntos, incluso aquellos que estaban ocultos, se despiertan y desean descubrir algo nuevo y desconocido. El mismo nombre: “El libro del Zohar” nos impresiona. Empezamos a leer, nos alumbra la luz circundante y nos ayuda a elevar estos puntos del corazón por encima de nuestro egoísmo habitual, dejándolo abajo. Y por eso sentimos, al principio, la conexión entre nosotros y el deseo hacia una meta espiritual común. Todo gracias a la
luz circundante (or makif – O”M), que llega y nos crea este estado. Y en un par de meses, gracias a la actuación de la luz, crece nuestro deseo egoísta. Por un
lado, la luz nos trae la inspiración, por otro, nuestro egoísmo se vuelve más grande
y, como resultado, cada uno dentro de sí mismo, siente una carga y una fuerza que le arrastra hacia abajo. La salvación está sólo en uno; en reforzar la unión entre todos nosotros. Nada más nos podrá ayudar.