Autor: Rabino Baruj Ashlag
Hay que entender la situación en la que una persona pueda ayudar a su compañero. Acaso este asunto es justamente por lo que hay pobres y ricos, sabios y tontos, valientes y débiles, etc.
Pero cuando todos son ricos o todos son sabios o todos valientes y semejantes, ¿cómo una persona puede ayudar a otra?
Vemos que hay una cosa que es común a todos, o sea, el asunto relacionado con el ánimo; tal como se ha dicho: “la preocupación en el corazón de uno, le contará a otros”, porque en el caso de que el hombre tenga ánimo elevado nada le ayudará a ese hombre, ni riqueza, ni sabiduría, ni estudios, etc.
Pero, justamente así se le puede a ayudar a otro, con respecto a lo que él ve, percibiendo que está en una condición bajeza. Tal como está escrito: “El hombre no puede liberarse a sí mismo de la cárcel”, sino que justo su compañero le puede levantar el ánimo.
Es decir, que su amigo lo levanta de la situación baja en la que se encuentra, le devuelve el ánimo hacia la vida. Empieza así a conseguir de nuevo fuerza y seguridad de vida y riqueza. Comienza a ver como si su objetivo ahora estuviera cerca de él.
Lo que surge de eso es que cada uno tiene que darse cuenta y pensar con qué puede ayudar a su compañero y levantarle el ánimo. Porque en lo que respecta al ánimo, cada uno puede encontrar en su compañero un espacio vacío que puede llenar.